O cho de la mañana estación estadio , la aglomeración latente de corazones danzando al ritmo de la incipiente rutina de jueves , la serpiente azul freno en seco produciendo un estridente sonido muy parecido al de una papeleta al viento , el sudor se deslizaba por mi ruborizada tez poniendo al descubierto mi miedo a enfrentarme con aquel publico desconocido. Un estallido con tono hidráulico pinto en mi mente escalas de grises, a mi lado la guitarra y la chica con voz de ángel, no estaba solo, no llevaría acabo mi apoteósica batalla contra los pasajeros del común por mi cuenta, mi lengua parecía no están atendiendo las peticiones de mi cerebro y si no podía hablar mucho menos cantar. -pana que pena pero yo me subí primero, ustedes tienen como cara de nuevos, relájense que yo me bajo en la próxima estación. un hombre de aproximadamente treinta años prosiguió a ofrecer su producto después de previa guía ; el hombre ofrecía con una propiedad digna del fabricante un p
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