Jamás toques mis letras Más que para servirles Jamás las busques Ellas solas te buscan te siguen incansables Te atraviesan el alma El cuerpo te queda empalado en la dulce delicia de la literalidad. Y serás bella Estarás limpia Te tatuarán en la historia Te recorrerán como labios deseosos Te pintarán mariposas y follaje en la suavidad de tu seno Te tocarán los sabores Las pinceladas en tus ojos estarán diseminadas. Jamás toques mis letras Ellas solas te tocan Te sacuden como las mareas de agosto Jamás muerdas las lagunas de la creación Jamás pierdas los recuerdos dolorosos Nunca seas interferencia de la noche Nunca les des a los pintores de letras Razones para tirar sus pinceles. Jamás toques mis letras No enciendas la mecha de la desesperada ansiedad No disemines la inspiración No olvides Eres el retoque impávido de los momentos Todos somos horas Todos somos letras Pero tú eres eterna poesía. ¿Puedo escribir los
Aquella muchacha en la esquina de ayer. Francisco Perlaza. No podría jamás haber visto a una mujer así, Una guerrera de cabello corto, Piernas enormes como dunas, cintura avispada, Una cara fina con los ojos perdidos en el mar de autos que pasaban antes de cruzar la calle. Cali trae tantas sorpresas, Esa sonrisa fina y labios desnudos, Ese cabello, tan liso, tan oscuro, tan poético y tenebroso, Me llamó con tal fuerza que me perdí del camino, Me perdí del día, Me perdí de mi destino, Solo por mirarla. No existía entonces en ese momento mujer más bella que ella, La imaginé como una bella alada flotando en las cavernas de la normalidad. Como una gran águila que se posó en mi pecho y me arrancó de un zarpazo la r