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Licencia para crecer sin familia


La situación de los niños y jóvenes que crecen y residen en fundaciones al amparo del Estado.

Por Santiago Angarita Yela y Luis Eduardo Valencia,




La familia siempre ha sido el pilar de la sociedad, de ella se deriva la formación de toda institución que involucre relaciones. Sin embargo en casos particulares la familia falla, incumple por completo aquel contrato de amor, comprensión y apoyo que se firma en cuanto se decide traer al mundo a un nuevo ser. Niños y jóvenes se ven obligados a vivir situaciones adversas, a matar su inocencia desde edad temprana, para sobrevivir los obstáculos de una vida de individualismo.

Lo que muchos desconocen es la respuesta gubernamental hacia estos casos de desapego familiar, porque hay que aclarar que en las siguientes páginas no se hablara de huérfanos. Se hablará de niños y jóvenes lúcidos, que comprendieron que en las condiciones inestables y precarias en las que se desarrollaba su núcleo familiar era imposible aspirar a siquiera conocer la cedula. Los factores de por qué un menor decide dejar su núcleo, o por qué sus padres o algún otro familiar deciden dejarlo a su suerte, pueden ser traducidos a cifras.

Según la defensoría del pueblo en Colombia  se abandonan   en promedio 1.297 menores de edad, el abandono directo no es la única causa de que los jóvenes pasen a ser independientes, otras causas son: el abuso sexual que en colombia sufren 43 niños por día siendo denunciados  sólo el  30% de los casos, la violencia intrafamiliar que asciende a las 99.096 denuncias al año  y por último el trabajo infantil, según el Dane 1.039.000 niños trabajan en colombia el 38% en comercio y hostelería, el 46% de ellos laboran obligados por sus familias.

En Colombia debería solicitarse una licencia para ser padres, las condiciones en las que crecen la mayor parte de nuestros niños y jóvenes son las que han sumergido al país en una marisma de violencia impoluta, la educación va desde casa y si desde casa no se enseña valor alguno, es preferible que alguien más lo haga. El concepto de familia ha decaído a tal punto que es preferible que un muchacho crezca en una fundación del estado a que lo haga en un núcleo nocivo, teniendo que crecer experimentando violencia directa, problemas de drogas, desnutrición infantil y abusos sexuales.

Es por esto que el gobierno ha desarrollado a través del ICBF estos programas en los que se acogen niños y jóvenes que quieren salir adelante a pesar de sus nefastas familias, que no son  huérfanos, ni rechazados por sus seres queridos, pero sí son conscientes que el futuro que les espera si no escapan del círculo vicioso de la vida precaria, no será brillante. Cuando un joven ingresa a una de estas fundaciones, después de haber atravesado procesos legales y psicológicos se enfrenta a un nuevo estilo de vida, desprovisto de la hostilidad o rechazo al que  venía acostumbrado. Se enfrenta a profesionales preparados, enamorados de su labor social dispuestos a ayudar en cualquier aspecto, además de esto la salud y nutrición son constantemente monitoreados y la educaciones básica, media y superior costeada por completo, si el joven lo desea.

Es lo menos que estos ángeles de la urbe merecen, después de haber nacido y convivido con lo más bajo de la decadencia social. Existen también ciertos casos aislados en que los padres en vista de no tener como brindar ningún nivel de calidad de vida a los jóvenes, los llevan a estas fundaciones, donde recibirán el apoyo necesario para convertirse en ciudadanos ejemplares; aunque no todos superan los procesos con éxito y muchos reinciden en las problemáticas que vieron antes de ser acogidos, un buen porcentaje logra ser bachiller e ingresar a formarse como profesional.

 
No obstante son los orígenes de estos jóvenes los que se deben analizar, sólo así se podrían desarrollar políticas de estado y estrategias sociales claras, para evitar que en un futuro se sigan viendo los menores obligados a salir de sus hogares, teniendo muchas veces que matar la inocencia antes de tiempo y enfrentarse a situaciones en las cuales hasta las niñas tienen que ser hombres. A continuación presentaremos algunos testimonios que ampliarán la cosmovisión sobre la problemática.






Los que decidieron cambiar su historia:

Testimonio:

Salomón: Una Vida en Zigzag
El Chevrolet Blazer pilotado por Don Armando Cáceres, Alias
“El Chamo” se había estacionado en frente del andén donde vivía Salomón. Un joven Chocoano cuyo nombre resonaba con temor por las ajadas calles de Acandí, —a orillas del mar Caribe—  A las 7:45 de la mañana del pasado 3 de enero,  el estado y la ley con un plan de captura, enfrentaron a la indisciplina en carne propia. Se adentraron sin permiso a la casa de un jíbaro e intentaron sacar a Salomón, quien yacía acostado e incómodo en la hamaca militar que le había robado a un soldado del batallón de infantería NO. 12 Alfonso Manosalva Flórez.
La camioneta negra con dos personas a bordo, un hombre y una mujer. Guiados por un conductor escuálido, cuyo nombre era omitido por quienes lo conocían. Habían presenciado la misma situación las últimas dos semanas. Una en Buenaventura, cuando asistieron a la casa de “Jonatán” (un joven en rehabilitación) para reclutarlo y entregarlo al ICBF debido a que sus padres estaban inmersos en las drogas y el “muchacho” se estaba muriendo de hambre. “Que se joda el estado” dijo mientras lo esposaban, con la cabeza agachada y los hombros resaltados.
Cuando Salomón García García: se dispuso a  salir por la fuerza —sin ser tocado— la radiola de Don Argemiro el de “la jugosa” (tienda de enfrente) anunciaba el comercial de las vacaciones en San Andrés. Salomón trajo a su memoria los recuerdos indelebles de sus últimas vacaciones en  Panamá. Con el “Pillo” su amigo de infancia. En el momento en que el comandante Ruiz le hacía presión en la muñeca para bloquear los castigadores aros de aluminio, Salomón dio un salto fuerte y empezó a correr. Durante todo el día, hasta que restaban veinte para las seis, Persiguieron a Salomón en  la Blazer. Al final tuvieron que amenazarlo con arma de fuego y decirles a los aliados que no se metieran a ayudarlo. Esa fue la última vez que vieron a Salomón el jíbaro, el drogadicto, el ladrón.  
Hoy en día

A tres cuadras de las panamericanas, al oriente del hotel Cali Plaza Sport Salomón cuenta su historia con un toque blanche en la cabeza, un chaleco filipino y un mandil que le resuelve el estilo de cocinero. Reconocido por las pastas que hace y por su incomparable talento para freír potatoes chocoanas. “El ICBF y el apoyo constante del estado me hicieron caer en cuenta que la vida no se cuenta por las putas que suelen arrebatar tu joven bolsillo, ni por el dinero robado que te haces en las galerías, tampoco queriendo evadir el estudio y la motivación ni mucho menos dejando a un lado la familia y las personas que  te apoyan. La vida se cuenta y se gana con las buenas acciones.”  dice con gracia salomon.




Testimonio:

El cachorro de leona

Kimberly linares, en el submundo capitalino la conocían como “La Leona”, ganaba de a poco un lugar en la cabeza de los grandes jefes delincuenciales del noroeste de Bogotá. Llevaba 6 asaltos menores, 3 asesinatos y la paga mensual de un salario mínimo, gracias a la extorsión de  8 tiendas de barrio. La leona se arrastraba con gracia felina sobre la selva de asfalto, sobre las casas de ladrillo limpio erigidas en ladera. Había transcurrido su juventud en hogares de paso, sin encontrar la estabilidad o el plan de vida que habían prometido en su reclusión. En cuanto cumplio 16 escapó del hogar San nicolás ubicado en la localidad de Suba, alentada por su novio de turno. Siendo cómplice de múltiples actos delictivos escapó la leona hacia soacha, a vivir de la droga, el hurto y la muerte. Un año después la reina felina había sido abandonada por su pareja, con un bebé en camino, confusión e ira. Sin familia a la que acudir, se remitió a sus antiguos jefes de crimen. Así, Kimberly fue empleada como expendedora de droga, negocio en el cual dada a su experiencia efectuó con gran talento.

El cachorro nació y la leona decidió criarlo y no repetir su fatídica historia de orfandad, así vio el niño transcurrir 5 inviernos, cuidado por vecinas y delincuentes de buen corazón, mientras su madre laboraba para darle alimento y vivienda. Un fin de semana de esos en que leona atiborraba a su cachorro con juguetes nuevos y películas de alquiler, un operativo relámpago irrumpió en el departamento clase media que lindaba con centro suba, la leona protegió su cachorro con sus afiladas garras, pero fue imposible alegar ante las armas y entrenamiento del escuadrón antinarcóticos.

La policía encontró seis kilos de diversas drogas en los armarios y bajo las camas. La Leona fue sentenciada a 23 años de prisión de los cuales no vio ni 4 ya que fue asesinada por una de las reclusas del buen pastor en su primera transferencia. El cachorro mordio al uniformado que lo tomo con cariño para llevarlo a las instalaciones del ICBF suba, una vez ahí un arduo proceso de rehabilitación sembró en el joven cachorro una nueva posibilidad de lo que sería su vida. No fue fácil olvidar a su fiera madre, no hubo necesidad de hacerlo ya que  su figura delictiva aun hoy  sirve de remembranza que incluso en lo más bajo de la condición humana, siempre existirá amor.


Hoy en dia

Por los pasillos de la Escuela de Artes y Letras camina, cristian Linares el hijo de la difunta Leona, creció  y aún reside en una fundación ubicada en chapinero y se caracteriza por su don de gente y el cariño que profesan sus compañeros hacia el. Cristian cursa 4 semestre de cine y televisión y aspira en retratar las realidades del submundo capitalino en la gran pantalla. Es el una muestra más de lo que proyectos sociales combinados con gran resiliencia y fuerza de voluntad, pueden lograr en los jóvenes cuyas condiciones iniciales no apostaban a una vida longeva ni mucho menos feliz. Cristian entre risas comenta: “la fundacion para mi lo es todo, la gente aquí es mi familia, usted no se imagina lo chimba que es tener 32 hermanos, todos alegres y preocupados por uno, estos chinos son la razón de que me levante todos los días y los apoyaré el tiempo que pueda”.




¿Qué dicen los que son parte del cambio?

Ser formador de vida:
Hacer parte del grupo de formadores de cualquier fundación vinculada o que reciba aportes del ICBF es cosa seria. Primero porque se debe tener un conocimiento previo de la psicología, se debe saber las normas de infancia-adolescencia actuales, y a parte se debe tener en cuenta que este trabajo es con niños y adolescentes, no con animales ni con empresarios. Tener un corazón grande y cierto aprecio hacia el proyecto de vida de los demás.

Entrevista a Edwin Lopez de la fundación: Fundamor

¿Alguna vez se ha visto sometido a agredir a un joven de alguna fundación?

La verdad es que los muchachos siempre vienen con problemas, y a veces agreden de forma verbal tu integridad y hasta se pasan diciendote cosas muy personales  pero que lastiman, porque nosotros también somos seres humanos. Pero eso no da méritos, ni el pase para acudir a la agresión. Se les debe tratar a todos por igual cuando y consideración, ellos han pasado situaciones traumáticas y si nosotros replicamos esa violencia estaríamos irrespentadolos, porque de lo contrario no estaríamos respetando su presencia.

¿Cómo ve usted el futuro de estos jóvenes y niños hijos del estado?

Estos muchachos tienen muchos talentos. Yo los aprecio mucho de verdad. Porque son muchachos que se han olvidado de su pasado y han accedido a empezar de nuevo, con el propósito de algún día ayudar a sus familias. Todos tienen sueños y metas, unos quieren ser profesionales, otros montar empresas, otros quedarse ayudando en esta u otras fundaciones. Los programas enfocados a proyecto de vida los ayudan mucho, los potencian para sacar lo mejor de sí y les dan todas las herramientas que un joven normal tendría. Además ellos tienen una ventaja: la humildad y el sentido de agradecimiento. Ellos saben cómo es pasar malos ratos por eso evitarian a toda costa que otros sufrieran lo mismo.

¿Usted alguna vez vivió en una fundación, como le pareció el manejo por parte de los administradores?

Los jóvenes al principio no comprenden, yo si estuve en una fundación y al igual que todos ellos ahora, por fin puedo comprender la importancia de la escucha. Cuando yo viví en Bosconia, los muchachos decían que las secretarías eran unas ladronas y todo eso. La verdad era que si, Ellas robaban hace más de diez años  los presupuestos de alimentación y aseo personal de los muchachos, pero es ahora que yo comprendo que uno debe hablar, con el diálogo todo se arregla, porque eso a la carrera no sale es nada.  

¿Cuales son los proyectos que ustedes deparan para los jóvenes y niños?

Principalmente queremos que los beneficiarios terminen su proceso académico de la mejor manera, que los podamos ayudar al máximo para que se gradúen del colegio. Para que tengan la oportunidad de acceder a la educación superior en fin. Lo que nosotros queremos es seguirlos de la mano en su proceso de formación, el ICBF nos da las instrucciones y nosotros le metemos corazón.






Entrevista a Carlos Rentería joven de la fundación: San José

Los jóvenes son el pilar de todo lo que compone y motiva al ICBF, los últimos cinco años los jóvenes que han culminado su proceso académico han ingresado voluntariamente a la educación superior, han elegido sus carreras e incluso han empezado a vincularse a actividades de educación constitucional y de vida social.

¿cuales son tus motivaciones?

Lo que más me motiva y me gusta de haber crecido en el ICBF es el sinfín de oportunidades que tienen para nosotros. Todos los días hay actividades de proyecto de vida, y además yo veo a todos estos casi cien muchacho como si fueran mi familia. Esto es lo que me motiva.

¿Cómo piensas que será tu vida despues de egresar del programa de ICBF?

Yo me veo lejos de aquí. Construyendo una nueva vida y empezando a mostrar lo que aprendí. Quiero ayudar a tanta gente, la suficiente como para cambiar un país. Si es que se puede cambiar un país como colombia.

¿consideras que aun sin haber crecido con un vínculo familiar biológico, puedes llegar a aportar tanto como lo hicieron con vos?

Creo que puedo llegar a cambiar vidas. Supongo que ahora último con estas nuevas leyes de infancia y adolescencia se podría hacer mucho. Por ejemplo: quiero apoyar a los muchachos privados de libertad por delitos menores e incursionarlos a la vida universitaria y de educación tecnológica, para de esta manera apoyar y fortalecer el proceso de libertad condicional con el ICBF y los jóvenes.




¿Qué hacer para seguir con el cambio?

El  ICBF y las diversas fundaciones  a él vinculadas han jugado una pieza clave en estos procesos de transición, por eso es pertinente que no cesen por ningún motivo su lucha social, y al contrario lograr expandir los programas con el fin de abarcar la mayor cantidad de jóvenes posibles. Muchos padres prefieren someter a sus hijos a condiciones precarias y trabajos forzados con el fin de mantenerlos  y verlos crecer. Es por esto que campañas de concientizacion y educacion son necesarias para informar a los padres sobre los beneficios de los que podrían gozar sus hijos al ingresar a ser parte del ICBF.

El ICBF ha sido demonizado por la misma sociedad, como una entidad encargada de despojar a las familias de sus hijos, perdiendo la imagen de entidad en pro de la calidad de vida no solo de los niños sino la familia en general, es por esto que en este escenario de posconflicto el gobierno nacional debería destinar más fondos hacia dicha entidad, impartir mano dura en cuanto al manejo de dinero y aumentar la escala y cantidad de los proyectos sociales.

El futuro de la nación son los más jóvenes, unos jóvenes preparados, íntegros y socialmente responsables aseguran a Colombia un buen futuro. Hay que valerse de herramientas como la ciencia, el arte y el deporte. Para lograr potenciar al máximo las múltiples habilidades de nuestros menores. Hay tres pilares fundamentales para la reconstrucción de un país, Salud, educación y seguridad. No obstante la piedra angular de lo antes mencionado no dejan de ser los jóvenes; la solución verdadera es mejorar lo ya constituido, siguiendo estos dictámenes es cuestión de tiempo para ver cómo Colombia avanza hacia un mejor mañana.





Niños de la fundación san josé en corillo contando sus historias y jugando.

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