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Óscar Perdomo Gamboa: “Yo quise sacar a José Prudencio Padilla del olvido…”








El escritor colombiano Oscar Perdomo Gamboa, Cartagena.

“Allá en la Guajira arriba” es el nuevo libro del escritor tolimense Óscar Perdomo Gamboa junto con la editorial Caza de Libros, expuesto en abril en la Feria Internacional del Libro de Bogotá del 2017. En diálogo con el autor, nos brindó detalles de esta novela que trata sobre el Almirante Padilla y también revela particularidades de sus anteriores publicaciones y su vida.

Por: Natalia Andrea Marin Palomino.


Usted escribió “Allá en la Guajira Arriba”, con el cual también ganó el Premio Estímulos Cali 2016, por amor a la música vallenata y José Prudencio Padilla, a pesar de no haber suficientes datos históricos del Almirante. ¿Cómo fue ese proceso de redacción y recopilación de información para lograr el desarrollo de la historia?

O.P: Fue difícil, aunque no lo suficiente comparado con las investigaciones que han hecho historiadores e investigadores profesionales. Me basé en decenas de libros publicados desde los 50’s hasta este siglo, todo lo que encontraba de Padilla lo conseguía y lo leía. Hubo ocasiones que para escribir si quiera una línea debía revisar 5 libros, porque había versiones que se contradecían y al final yo era el que escogía al azar qué escribir. Fue trabajo de ratón de biblioteca, de leer y escribir, constantemente, día y noche.

¿La canción de Rafael Escalona “El Almirante Padilla” fue su única motivación para escribir la historia? ¿De la canción también nace el título del libro?

O.P: El punto de partida fue la canción de Escalona, después deseé conocer la historia detrás del canto, descubriendo muchas otras cosas más. La información se unió un punto entre lo histórico, cultural y literario en el que ya todo tenía sentido y me motivó a escribir el libro, por ello uno de los personajes es “el Acordeonero”, el cual representa un típico personaje de Valledupar que sale con su acordeón a cantarle a la chica que le gusta y, es a la vez, conocido de José Prudencio. El nombre también es por la canción, así comienza: “Allá en la Guajira Arriba, donde nace el contrabando, el Almirante Padilla barrio a Puerto López y lo dejó arruinado…”

Además de que “Allá en la Guajira Arriba” tiene la historia del Almirante Padilla y su papel en la independencia de Colombia ¿Qué otros sucesos o particularidades se pueden encontrar en el libro? 

O.P: Una recreación de la Provincia de Padilla que recorrieron los juglares vallenatos como Escalona, cantando en diferentes zonas del caribe colombiano. Se encuentran muchas canciones, frases y chistes referentes al Almirante. Quise recuperar en el libro todo ese conocimiento y las costumbres que tienen Valledupar.

¿Considera que su libro es una historia de uno de los muchos héroes olvidados de Colombia?

O.P: Sí, esa es la intención del libro, yo quise sacar a José Prudencio Padilla del olvido, que siga siendo un héroe, pero sin ser borrado.

En una entrevista con Panorama Cultural mencionó una anécdota en la que usted fue a un colegio en la Guajira y les dijo a los niños que estaba escribiendo una novela sobre su héroe, ellos no supieron de quién hablaba así que usted tuvo que decir que era José Prudencio Padilla. ¿Cree que este caso es similar a la situación sobre que no se conoce completamente ni se lee a García Márquez en Aracataca?

O.P: No estoy seguro de sean similares. El problema con la existencia del Almirante Padilla es que fue parte de la historia colombiana y honestamente eso no se enseña en la educación actual, sólo conocen por encima la Independencia de Cartagena, el Florero de Llorente, la Batalla de Boyacá y otros momentos históricos sólo porque les harán un examen de ello. La historia de Padilla fue invisibilizada, ya sea por su etnia, su “amistad/enemistad” con Simón Bolívar u otro motivo, pero no se le conoce. Caso contrario de García Márquez, a él sí se le conoce, a pesar de todo.

Nació en Ibagué, Tolima y se radicó en la ciudad de Cali. ¿Por qué motivos fue la mudanza?

O.P: Mi anciano padre fue banquero, nací y viví en el Tolima hasta los 5 años. A partir de ahí, a mi padre (y a nosotros, su familia) lo trasladaban cada 2 o 3 años a los bancos de diversos pueblos del Valle del Cauca como Florida, Cerrito, la Unión, etc. Así fui llegando a Cali, poco a poco.

Escribió la novela “Hacia la Aurora”, la cual se trata de Marco y su poder de controlar los sueños de sus conocidos y sembrar semillas de poesía en ellos. ¿Cuál fue el proceso detallado para escribirlo y por qué ese poder?

O.P: Desde niño me ha gustado la literatura y la escritura. Durante mi pregrado de Comunicación Social – Periodismo en la Universidad Autónoma de Occidente de Cali solía escribir algunos textos y participé por gusto en talleres de literatura y poesía con los profesores Carlos Rosso y James Cortés. Tuve varias decenas de escritos, cuentos, poesías y textos perdidos. Me tomé la tarea de organizarlos todos en un solo gran bloque, ahí nació la novela “Hacia la Aurora”. El poder de los sueños de Marco fue una experimentación, era joven, tenía entre 19 y 20 años y me encontraba en la época de intentar cosas en la literatura, todo lo que se me ocurriera se hacía. Jugué con un entorno igual, donde todo se cumpliera y se pudiera realizar, con diferentes voces, distintos escenarios y los sueños fueron la herramienta.

Ganó el premio Jorge Isaacs en el año 1998 con esa novela. ¿Qué tal fue vivir esa experiencia para un joven de 19 años?

O.P: Fue curioso. La verdad en ese entonces no tenía pensado dedicarme a la literatura, sólo lo habituaba como hobbie, nada serio, sólo un vicio. Una vez le mostré la novela a un amigo y él me propuso mandarla al Concurso Jorge Isaacs. Yo le respondía: “No seás pendejo, apenas logré escribir algo decente y cómo lo voy a mandar a algo tan profesional como eso.” Me insistió muchas veces, yo no le hacía caso hasta que me di la oportunidad. Mandé la novela e incluso tiempo después me olvidé del concurso hasta que me avisaron que fui el ganador, para mí y para mis conocidos fue una gran sorpresa, ese fue el inicio para considerar dedicar mi vida a las letras, los cuentos, la literatura. Sin importar si me ganaba el pan o no, suerte, fue un placer, seré escritor y lo soy. 

Cuando se matriculó a Comunicación Social – Periodismo en la Universidad Autónoma de Occidente ¿Qué tenía pensado ser?

O.P: Cronista. Me hubiese gustado entrar a un medio de comunicación y que me mandaran a zonas de conflicto o a donde fuera, para ver y escribir crónicas, buscar historias periodísticas.

Su libro “Ella, mi sueño y el mar” fue escrito en el 2006, en él usted menciona varios escenarios y temas transcendentales dentro de él como México, la Alemania de la II Guerra Mundial y bandas de rock como Pink Floyd ¿Qué conexión tienen todos estos objetos dentro del libro? Además de ser una historia de amor ¿Qué otro mensaje quería dar?

O.P: Quería escribir romanticismo, tratando de que cada texto fuera distinto. Las conexiones dentro del libro consisten en reencarnaciones de los personajes que significan objetos simbólicos de cuando ellos se encontraron o se desencontraron. Básicamente, los lugares en donde reencarnan representan mis gustos personales: el Maracanazo, el Imperio azteca y Pink Floyd con su canción “Wish You Were Here”, etc.

La co-protagonista María Paula, del libro “Ella, mi sueño y el mar” ¿Es basada en alguien de la realidad? ¿Existe?

O.P: Sí, es real. Conocí a una chica con el don de no recordar su pasado divino y que tiene ojos verde amarelo como el de la Selección Brasil, con la que sabía que era imposible tener algo con ella. Sin embargo, me enamoré. En parte, para poder escribir el libro me creí la ficción y el amor artificial que yo creaba, hice el libro en inspiración a ella. María Paula es un personaje bello, fuerte, valiente, que incluso algunas veces salva al protagonista principal Oscar. Es un símbolo de la verdadera mujer, con romanticismo contemporáneo.

Se le distingue en sus libros mucho surrealismo en temas como el amor y las aventuras, causa que el lector vea otro sentido a la historia además del que usted, el autor, le quiso brindar. ¿Por qué paró un momento esa línea de escritura para escribir el libro infantil “De Cómo Perdió sus Vidas el Gato”?

O.P: Porque quería devolverle a la literatura lo que ella me había dado. Si yo hoy leo, escribo y publico fue porque en algún momento, escritores como Julio Verne, Emilio Salgari, Michael Ende, Roald Dahl y entre otros, escribieron para mí (y para otros niños), para un Oscar Perdomo que tuvo 10 años y al cual inspiraron. Me pareció justo pagar esa deuda con la literatura, escribí “De Cómo Perdió sus Vidas el Gato” para que en el futuro un niño o varios digan: “yo comencé a escribir por Dahl, Ende y por Oscar Perdomo Gamboa.

El libro se trata sobre el primer gato del mundo que debe ser besado por las 9 musas para obtener sabiduría. ¿Cuáles son esas musas? Y para usted, ¿Cuáles son sus musas?

O.P: Para el libro me basé en las 9 musas de la literatura griega: Calíope, musa de la voz y la belleza; Clío, musa de la historia; Erato, musa de la lírica; Euterpe, musa de la música; Melpómene, musa de la tragedia; Polimnia, musa del canto; Terpsícore, musa de la danza; Talía, musa de la comedia y Urania, musa de la astronomía. No quise salirme de lo clásico, de lo que ya estaba inventado.

Mis musas son: la literatura, la música en todos sus aspectos, el cine, el comic y la oralidad.

¿En qué ciudades o municipios del país el libro “De Cómo Perdió sus Vidas el Gato” ha sido utilizado como plan lector en la educación colombiana?

O.P: En Bogotá, Ibagué, Cali, el Eje Cafetero y Santander.

¿Cuál es su postura de escritor frente al problema de la falta de lectura en Colombia?

O.P: Siempre he pensado que uno de los grandes problemas de la educación en el país, más que todo con la lectura y escritura, es que OBLIGAN a los niños y jóvenes a leer los libros de mala gana y casi siempre son libros que no son de su agrado. Claro, leer en el colegio es un deber, pero no es necesario que se les impongan a los estudiantes: “Ustedes tienen que leer este libro porque lo evaluaré, y si pierde la evaluación pierde el año.” El ejercicio de la lectura debería de ser distinto, leer es para divertirse, gozar la historia, comentar su opinión y tener la oportunidad de leer lo que usted quiera.

Ha recibido comentarios y ha conversado con jóvenes que le han dicho sobre la pasión que sienten al escribir, algunos con miedo, otros con confianza ¿Qué suele decirles sobre sus planes en la escritura a aquellos escritores en proceso?

O.P: Que lean y que escriban mucho, demasiado, hasta que se cansen. Lean y redacten lo que quieran que los lleve a la inspiración para escribir, y que cuando ya hayan escrito algo lo modifiquen; después dejen eso que escribieron guardado un tiempo y luego vuélvanlo a leer y edítenlo. Cuando uno es joven es impaciente pero no tiene que ser así, ser escritor toma tiempo, tener su ritmo y manera de escribir también. Que los jóvenes comiencen a ser disciplinados sin afán.

¿Qué escritores lo han inspirado a ser quien es y saber lo que sabe hasta ahora?

O.P: Muchos, aunque los dos grandes maestros fueron Jorge Luis Borges, el maestro “lúmino” con la perfección del lenguaje, el conocimiento erudito y el concepto del infinito; y Charles Baudelaire, el poeta maldito, “la vida es perra para mí”, “ante todo el sentimiento”, “tengo que destruir todo para volverlo a construir”, ser un alcohólico, bohemio, acostarse con todas las mujeres… fueron esos 2 extremos más que todo.

¿Qué futuros libros tiene pensado publicar?

O.P: Estoy trabajando en una novela gráfica, espero terminarla entre este año y el que viene. Hay un par de libros inéditos, ojalá puedan ver la luz. Sin embargo, es la primera vez en mi existencia que no tengo ni la menor idea de qué voy a hacer, casi siempre, he tenido una idea en mi cabeza sobre qué publicar, en este momento “ya cumplí con los grandes planes que tenía”, así que no sé qué haré. Ahora es idea de hacerse planes nuevos.

¿Sobre qué se tratará la novela gráfica que tiene propuesto publicar pronto?

O.P: Será un comic de un solo tomo, de 120 páginas. Se tratará de la historia de 4 niños de distintos estratos y condiciones sociales, algunos urbanos, otros rurales, que a través de sus perspectivas infantiles observan con complejidad y perplejidad ciertos momentos de la violencia colombiana contemporánea y cómo ellos son afectados por la misma.

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