por santiago Angarita.
La entrega de dineros
fraudulentos destinados a la campaña presidencial de Juan Manuel Santos cierra
con un toque de fina coquetería la maldición que ha traído consigo la
retrechera empresa brasileña. Nada más y nada menos que un millón de dólares
recibió el exsenador Otto bula para la campaña santista, aunque no fue la
transacción más escandalosa dado que ese puesto se lo llevan los ilustres
delincuentes del centro democrático que se jactan de una ética intacta, es
entre la opinión publica la más dolorosa, ya que vincula a nuestro presidente
electo.
Día a día más figuras del panorama
político se ven manchadas por este escándalo que se comporta cual derrame petrolífero.
desde los hijos de Álvaro Uribe ,
pasando por Iván Zuluaga y expandiéndose
hasta la costa , es cada día más evidente el engaño latente que enfrenta el
país .Como siempre nos enteramos cuatro o cinco años después de los golpes de
corrupción que atentan contra la ya en
ruinas democracia , tal vez sea por la agilidad de los roedores para esconder
sus artimañas o la facilidad de los medios para glorificarlas , yo me inclino más bien sobre un punto de
análisis vital que los académicos del país no han abordado con suficiente
fuerza ; la consustancialidad entre política y comunicación.
Consustancialidad ,ya que
actualmente se observa como algo discocisiado y no como dos campos
fenomenológicos con un punto de encuentro en común .campos que se funden hasta
edificar estratagemas retorcidas para engañar al pueblo y evadir las leyes , estamos a merced de lo
que los medios consideren real y los
medios a su vez dependen de lo que los conglomerados económicos consideren real
, la manipulación que se ejerce a diario es tal que los escándalos de
corrupción que deberían indignar y movilizar al país , son tan efímeros y poco
sustanciales que se apaciguan por asuntos tan someros como una final de futbol.
Un gol fue el que nos metió el
señor ex presidente Uribe, cuando a través de cadenas como RCN proclamaba a
gritos la tal seguridad democrática que no hizo más que dar paso a una matanza
sin precedentes de ciudadanos inocentes, porque había que dar resultados o el
patrón no subía el sueldo. Un gol fue el que nos metió el presidente santos al
vender nuestras empresas a extranjeros destructores del ecosistema, un golazo
fue obredetch; no lo metieron de taquito a todos los colombianos, quienes creímos
fielmente en lo que los medios afirmaban de los políticos, separando siempre la
política de la comunicación, viéndola como una mera herramienta y no como algo intrínseco.
Hay que entender la política,
entender lo que es verdadero .han llegado a tal punto que nos crean adversarios
imaginarios con el fin de asegurar que uno de sus candidatos gane, porque
siempre son dos los que con su populismo
exagerado o su inclinación a la extrema derecha desvían su atención de aquellos
que salieron de abajo y buscan un cambio honesto .hay que replantear la
relación entre los ciudadanos y los medios , ya que las transacciones políticas
no llegan a buen término sin el uso de la comunicación . La política junto a la
ciencia logro derrumbar el yugo de la religión sobre la mente y la voluntad,
tal vez sea esa la razón por la cual seguimos a estas dos fielmente y sin
cuestionamientos.
¿Cómo el país puede seguir
casado con personajes que constantemente destrozan la confianza en ellos
depositada?, ¿cómo seguimos vanagloriando a medios fraudulentos que no responden más que al dinero? , que no
temen destruir de a poco el país. Obredetch es solo uno de los innumerables
escándalos políticos que golpean el país a diario y no cesaran por que como
comunicadores se hemos permitido su proliferación, como sería el panorama si se
dijera: “no presidente eso no se va a emitir porque nos es cierto”, “no me
importa que grupo económico lo ampare, se revelaran las pruebas contra usted”,
o mejor aún si después de estas declaraciones el periodista no terminara con un
tiro de gracia.
Somos un estado social de
derecho solo sobre el papel, no hay democracia pero si manipulación, las elites
exprimen a la clase media y la comunicación política es mediocre y fraudulenta
.este es un llamado a los académicos, a los comunicadores, a los politólogos, a
todo aquel que cuente con las bases necesarias para destruir mediante análisis
argumentado los monopolios de mentiras que lideran hoy nuestra realidad .si
cada vez que un medio proclama una falacia , diez idóneos en el tema levantaran
la voz los ciudadanos de a pie no comerían la información entera .
Como el escándalo de obredetch
van a destaparse muchos más antes de las elecciones presidenciales, también
durante y después. Porque la política ya no busca soluciones, si no quien puede
que robe menos y quien tiene menos investigaciones por corrupción .Lo que llamamos realidad es solo el
resultado de la comunicación, de lo que consumimos a diario y lastimosamente la
frase “pienso luego existo” ha sido vilmente remplazada por un “sale en la tele
luego existe”.
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