Tal vez lo más
provocador que uno como persona o ente puede realizar, es algún tipo de
listado. Los listados son incomodos: califican, posicionan, demeritan,
estratifican, sentencian y persiguen. Ha habido pocos listados en la historia
que se hallan visto con buenos ojos o sean esperados con alegría (¿Por qué
quien quiere escuchar su nombre seguido de una pésima nota?)
Y no, no vengo a
cambiar el paradigma, yo traigo un listado incomodo, un listado para que, con sátira
y moraleja, uno se haga consciente del mundo que habita, el sistema que lo rige
y lo imposible que puede ser cambiarlo.
Es, por tanto, solo un
listado de libros para ver y verse sin el vidrio empañado.
1. Historia de la Estupidez
Humana — Paul Tabori.
La estupidez es el arma humana más letal, la más
devastadora epidemia, el más costoso lujo.
¿Usted ha escuchado la
canción “los idiotas” de Calle 13? ¿Ha estado bajo el yugo de su propia
estupidez alguna vez? ¿Se ha avergonzado
de su poca percepción o se ha descolocado con esa patogénica “vergüenza ajena”?
Yo diría que sí, que todos en algún
momento nos hemos sentido como un zapato por el poco entendimiento o la nula comprensión
de algo, pero, ese desconocimiento, puesto como dogma o alimentado por el
fanatismo son de las peores formas de estupidez que existe. Paul Tabori lo sabe
muy bien.
Titulado originalmente
como “The nature science of stupidity”, este libro recorre la historia de la
humanidad ejemplificándonos el alcance de nuestra propia estupidez, como
individuos o como especie. Partiendo del hecho de que lo contrario a la
estupidez es la sabiduría, cuyo alcance solo ha estado a la mano de unos pocos,
se puede determinar que vivimos en la estupidez y la propagamos como plaga.
Este ejercicio literario cuenta los detalles de las mayores estupideces
cometidas, habla de la codicia, el fanatismo, los sueños, el legalismo y los mitos
que religiosa o culturalmente nos inventamos para justificarnos.
Crudo y llena de sátiras,
el libro perfecto para los lunes.
2. Una historia de
la lectura — Alberto Manguel
Quizá pudiese vivir sin escribir. No creo que
pudiera vivir sin leer.
Yo, personalmente, amo
leer. Si no leo no soy yo. Por eso, a aquellos apasionados de las letras, les
pido que lean este libro, así sea por curiosidad.
Lo primero que nos
cuenta es que los lectores existimos desde que existe la palabra escrita y que
sin nosotros ella no existe. Hablando de lectores nos lleva al Libro y con él a
su historia, a cómo ha evolucionado y nosotros con él. La forma de leer, la
forma de entender, la forma de relacionarnos. Toda la lectura habla del lector.
El libro que
acompañaría mis martes, porque da buena vibra y te permite reflexionar sin
sobre cargarte. Lleva en sus páginas una metalectura que se desenvuelve con la
misma vida de Alberto Manguel.
Para ponerse a tono,
tal vez deba escuchar Here with you de S/he.
3. El diccionario
del diablo — Ambrose Bierce
Diccionario, s. Perverso artificio literario que
paraliza el crecimiento de una lengua además de quitarle soltura y elasticidad.
El presente diccionario, sin embargo, es una obra útil.
Para los miércoles la
lectura debe ser rápida, pero no menos profunda. El diccionario del diablo se presta para
ambos.
Siendo lo que anuncia,
este diccionario no promete darte el significado lingüístico de las palabras,
sino el real. Las consignas que se hallan dentro de sus páginas son en su
mayoría subversivas, altisonantes y llenas de un humor tan negro como la tinta.
La canción que lo acompañaría de manera perfecta sería Another brick on the Wall.
4. La seducción de las palabras — Alex Grijelmo
Cómo se elige cada palabra para el momento adecuado,
cómo se expresa con música lo que en realidad es un ruido, cómo se tocan los
lugares sensibles de nuestra memoria... Eso es la seducción de las palabras. Un
arma terrible.
La seducción, como tema romántico, también toca a
las palabras, a su forma de escribirlas, de decirlas, de acentuarlas. ¿Por qué
algunas palabras evocan más allá de lo que ellas son? Dónde subyace el encanto
de “Al lado del camino” de Fito Paez y porqué, sin tener nada que ver en el cuento, nos
remite a esa nostalgia añeja del destierro sin vivirlo. Alex nos lo desglosa
con paciencia en los capítulos de su libro, en los corredores donde nos enseña como nuestra lengua remite a ciertos sonidos con experiencias acumuladas, con una asociación amplia y asombrosa.
La mejor decisión para un jueves es dejarte seducir por estas palabras.
Las conspiraciones son siempre un buen punto de partida para cualquiera. Jaques Berguier hace que no solo desees conspirar, sino que te presenta La conspiración por antonomasia. ¿Po qué siempre los grandes libros son censurados? ¿Habrán los que nunca lleguen a ser conocidos? Claro, de ahí parte nuestro recorrido por la historia y las letras que con títulos perdidos pudieron haber cambiado las hegemonía.
Desde el antigüo Egipto, pasando por los inicios del siglo XX, Jaques nos sumerge, con una prosa que asemeja demasiado a la crónica periodística al centro mismo de la maquinaria histórica, a los complicados, como lo que vio John Dee en el espejo negro.
Claro, es sábado y la ciudad invita a la exploración, así qué puedes escoger la canción adecuada.
La mejor decisión para un jueves es dejarte seducir por estas palabras.
5. El arte de la guerra — Sun Tzsu
El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar.
Escrito hacia el siglo IV a.c. este libro no deja de tener vigencia. Conciiza, precisa y directa. acabar con tus enemigos no es un acto solo del campo de batalla, también tiene inumerables aplicaciones en la vida cotidiana.
Sus enseñanzas, que van desde la formación del ejercito hasta los pensamientos que debe tener el general en los momentos de tensión, es una entrada perfecta a la literatura oriental. Marca las pautas con suaves movimientos, sin apresurar, pero siempre recordando que los pasos a dar son definitivos siempre. La sonanta en Mi menor de Mozart puede llevarte rápido a comprender como es que una mente preparada vale siempre más que un brazo poderoso.
Sus enseñanzas, que van desde la formación del ejercito hasta los pensamientos que debe tener el general en los momentos de tensión, es una entrada perfecta a la literatura oriental. Marca las pautas con suaves movimientos, sin apresurar, pero siempre recordando que los pasos a dar son definitivos siempre. La sonanta en Mi menor de Mozart puede llevarte rápido a comprender como es que una mente preparada vale siempre más que un brazo poderoso.
Perfecta para un viernes antes de salir a conquistar. Claro, con Becomes de color para acompañar.
6. Los libros condenados — Jaques Berguier
Las conspiraciones son siempre un buen punto de partida para cualquiera. Jaques Berguier hace que no solo desees conspirar, sino que te presenta La conspiración por antonomasia. ¿Po qué siempre los grandes libros son censurados? ¿Habrán los que nunca lleguen a ser conocidos? Claro, de ahí parte nuestro recorrido por la historia y las letras que con títulos perdidos pudieron haber cambiado las hegemonía.
Desde el antigüo Egipto, pasando por los inicios del siglo XX, Jaques nos sumerge, con una prosa que asemeja demasiado a la crónica periodística al centro mismo de la maquinaria histórica, a los complicados, como lo que vio John Dee en el espejo negro.
Claro, es sábado y la ciudad invita a la exploración, así qué puedes escoger la canción adecuada.
7. La biblia satánica — Anton Szandor LaVey
Las filosofas orientales predican la disolución del Yo del hombre antes de que pueda cometer algún pecado. Para el Satanista, resulta imposible concebir un Yo que prefiera voluntariamente el negarse a si mismo
Domingo en la noche, fin de la semana. Pesadez, palidez, descontento con la vida. No, hay más que eso y hay que impulsarlo, eres humano.
La biblia satánica no es el estudio del credo a Satán, es el desglose de la realidad del alma humana y sus más básicos impulsos. Ave Satani debe estar de fondo para cuando inicies a leerlo.
La biblia satánica no es el estudio del credo a Satán, es el desglose de la realidad del alma humana y sus más básicos impulsos. Ave Satani debe estar de fondo para cuando inicies a leerlo.
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