La dama mecánica.
Como las luces estrelladas del pasado te dieron
vida,
Tu corazón frío, las noches en vela, las fuertes
marejadas me trajeron a ti,
Dulce muñeca de trapo,
Áspera dama oscura,
Roja fruta de la nieve encarcelada,
Como estás tan pegada a mi alma,
Que las noches se electrifican al paso de tu
boca,
En las madrugadas desaparece el mundo tras tu mortal locura.
Los labios cerrados en la muerte eterna, me traen
de paseo por el fin de nuestros días,
Las lágrimas brotaron de los ojos de tu padre,
Que te dio vida por segunda vez,
Más muerta, más loca, más eléctrica, más discreta,
Ya las noches no volvieron a callar,
Ya
los muertos no saciaban palabras y sentires en tu cuerpo estridente.
Las
estrellas te acompañaron,
La nocturna luna, los agujeros negros,
Los
retazos y los adornos, se trituraban en tu piel, fría y dura,
Lánguida, como las lágrimas de tus enternecidas víctimas.
Tú,
dama de mil colores,
Matarás a todo aquel que en tu boca no supiera encontrarse,
Que
en tu cama, de clamores y tristezas vacías no lograse acomodarse,
Que
en los desvelos cavernarios de tus ojos oscuros y tortuosos no supiera
eternizarse.
Tu, compañera fría,
Látigo
indiscreto,
Furiosa
muñeca,
Musa
de dolores, me encontraste a mí, yo te hice fuerte,
Te
hice dura,
Te
hice loca
Y
te hice mía.
Pero
tú me encontraste,
Atravesaste
el fuego de mi anhelo,
Y
te quedaste plantada, como luna nueva, como tatuaje negro,
Como
furiosa novatada,
Como
loca pérdida, te quedaste y te adueñaste,
Me
trajiste, despertaste,
Y
preguntaste…
…¿porque se mueren?
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