Hay suavidad de formas níveas,
hay plenitud de miradas sin desidias,
hay paz en largas y rumiadas cofradías,
hay grandes patas y enormes corazones.
De dos colores vive la pluma
blanca la hoja, negra la tinta.
De dos maneras vive la vida
blancos los pechos, negras las almas.
A mi que me vale un día
lo que a una mosca el cambio del dolar
y me resuenan los versos
como al elefante el canto de su trompa;
me parece, con sinceridad,
insensato no amar el cuerpo redondo
la afelpada cubierta de un compañero de consignas.
A mi, que el rojo me significa partido
y el azur mar y terruño,
me sorprende mucho querer
a nobles y sorprendentes animales de dos colores
que, sin saber que saben,
dosifican ternura y reparten verdades.
No es feliz el que más tiene
ni sexo, ni espacio, ni tiempo
sino quien a cada cosa le pone dos colores:
el de la ingenuidad y el de la locura.
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